EDUCACIÓN TECNOLÓGICA - EMPRENDIMIENTO e INNOVACIÓN

Mucho se ha estado hablando de generar una cultura del emprendimiento y la innovación. Incluso, se habla de empezar a inculcar estos conceptos en los niños desde la educación parvularia y básica. Perfecto, se trata de que nuestra juventud tenga otra actitud frente a la vida.

A nivel de enseñanza media, en Chile, existen dos grandes orientaciones: la enseñanza científica-humanista y la enseñanza técnica-profesional. Es sobre esta última que me deseo detener, y no desde la perspectiva profesional sino que de la perspectiva de la técnica.

La palabra técnica tiene varias acepciones: en algunos casos puede entenderse como lo relacionado a las aplicaciones de las ciencias y las artes; también lo puede ser para referirse a procedimientos de que se sirve una ciencia o un arte. Pero, a nivel de nuestra educación más bien se entiende como un oficio. Es decir se trata de una educación que enseña para realizar algo de manera habitual. Sin la menor duda, profesionales con este tipo de formación son necesarios y, más aún, son imprescindibles en un país que se plantea avanzar hacia el desarrollo. Sin embargo, se debe tener claro que el emprendimiento y la innovación son conceptualmente antagónicos de la habitualidad.

Existe otro concepto que creo que sería más apropiado de utilizar si queremos educar para el emprendimiento y la innovación. Se trata de la tecnología. La tecnología trata del aprovechamiento práctico del conocimiento científico. El conocimiento científico progresa día a día. Es decir avanza, por lo que es dinámico y no estático. Por ello las aplicaciones de este conocimiento también lo son.

Una educación orientada a la tecnología y no centrada puramente en oficios es el que me gustaría que existiera a nivel de enseñanza media. Lo que hoy se da en llamar enseñanza técnica sería un subconjunto de esta educación. Por ello, ¿por qué no cambiar el nombre y la orientación de la enseñanza técnica por los de la Enseñanza Tecnológica?.